Obama ha dicho que está más interesado en corregir los errores que en buscar culpables. Asegura que el agujero de seguridad no se debió a un individuo o agencia concreta, sino que fue un fallo del sistema, y por tanto, es responsabilidad suya.
Otras cosas que ha dicho explícitamente Obama a sus ciudadanos –que no a la ciudadanía-, es: “estamos en guerra con Al Qaida”. De cajón
Como ya manifesté en mi post del pasado 14 de diciembre, por el que glosaba el interesante discurso de Obama en Oslo con motivo de la toma de posesión del premio Nobel de la Paz, con el título “Guerra y Paz en el discurso de Obama en Oslo”, dicho discurso, en mi opinión, marcó un antes y un después de la trayectoria de Presidente de Estados Unidos. No ha hecho falta que pasaran muchos días para que pudiéramos comprobar que aquel inesperado desplante de Obama no era agua de una día, con ocasión del desgraciado incidente que se produjo el 26-12-2009, por el que en el avión de la Northwest, que hacía la ruta Ámsterdam Detroit, el nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab estuviera a punto de perpetrar un acto terrorista de trágicas consecuencias, de no haber sido por un fallo en el funcionamiento de su bomba. La Casa Blanca ha confirmado que el atacante pretendía perpetrar un atentado terrorista.
Los medios de todo tipo se hicieron eco de ese importante acontecimiento. Las diferencias entre unos y otros medios, como suele ocurrir, se aprecia en los dichosos matices o en contar una verdad a medias. Lo que me propongo es hacer inteligibles los juguetones matices y contar la otra parte de la verdad disimulada. Fuentes de la lucha antiterrorista han confirmado que el presunto responsable de la detonación, un pasajero de 23 años de nacionalidad nigeriana, se ha identificado como miembro de Al Qaida y ha confesado, en el momento de ser detenido, que su intención era la de cometer un atentado en EE.UU.
El tal Abdulmutallab es un nigeriano, afortunado hijo de un papá banquero que, como suele ocurrir, es enviado a estudiar a Londres para hacerlo un hombre de bien. Pero en Londres, teniendo en cuenta el tolerante sistema británico de auto segregación en guetos musulmanes, y la ya demostrada eficaz organización de captación, reclutamiento y mentalización de nuevos terroristas suicidas, con base en las numerosas mezquitas allí existentes, se encargan de no dejar escapar a estos mirlos blancos tan moldeables para sus causa de matar infieles occidentales.
Obama ha precisado que el fallo no estuvo en la recopilación de la información sino en su procesamiento. Eso permitió que el nigeriano Abdulmutallab introdujera explosivos en el vuelo Northwest 253 procedente de Ámsterdam. Los servicios de Inteligencia americanos disponían de información suficiente para que saltaran las alarmas, pero "fracasaron a la hora de cruzar los datos".
El Presidente ha señalado que el fallo de seguridad no es aceptable y no lo tolerará. No obstante, Obama no ha cortado ninguna cabeza de la docena larga de asesores de seguridad nacional. Por ahora no ha caído la secretaria de Interior, Janet Napolitano, ni la de su principal asesor de contraterrorismo, John Brennan.
Obama ha dicho una cosa ya sabida y repetida a los ciudadanos de sus país: estamos en guerra con Al Qaida. Decir lo mismo en España sería, además de una cosa “insólita”, algo políticamente incorrecto que enfadaría al poder monclovita con el periodista de turno.
En los medios de Estados Unidos se pueden ver, cada vez más, programas que refrescan la memoria de lo que dijo el “maligno” Busch sobre la guerra, comparado con lo que ahora Obama dice y hace, al fin y al cabo pragmático y realista como buen americano.
Y termino este breve post como empecé, donde está el meollo de la razón de ser de su edición. Obama ha dicho que está más interesado en corregir los errores que en buscar culpables. Asegura que el agujero de seguridad no se debió a un individuo o agencia concreta, sino que fue un fallo del sistema, y por tanto, es responsabilidad suya. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario