Resulta curiosa observar la reacción de ciertos periodistas -a los que se han añadido últimamente escritores y políticos, en pluriempleo de cuota/cuerda impuesta- en lo referente al fenómeno Sarko. Y cito a los periodistas y demás añadidos, porque la gente de la calle no va gritando lo que opina sobre el personaje en cuestión. Hay que reconocerlo, las cosas existen si aparecen en los medios tradicionales, especialmente en la TV. Otra cosa es, si uno se decide navegar por la Red para palpar el ambiente, lo que cada vez resulta de lo más variopinto, reconfortante y ventajoso desde el punto de vista informativo. Y a propósito de este ya cotidiano fenómeno, sobre las ventajas de la comunicación digital, uno se pregunta: ¿cuál será el destino de la prensa tradicional frente al nuevo periodismo –por llamarlo de alguna manera- sin periodistas profesionales? ¿Cómo me debo considerar, yo mismo, al “postar” este texto en mi blog?
Pero volviendo al observado fenómeno Sarko, que me ha llevado a la redacción de este texto, destinado a instalarlo en mi blog, el lance me ha llegado desde un soporte de papel: El Mundo del miércoles 9 de enero de 2008. Al finalizar el repaso habitual de este medio, me ha quedado la impresión de que los columnistas y demás invitados de turno, se habían conjurado para inquirir sobre la vida sentimental de Sarko. Mejor dicho, el fenómeno de la pareja Sarko/Bruni.
Si lo pienso con detenimiento observo que hemos pasado, bruscamente, de un periodo de sorpresa y admiración del triunfador de las pasadas elecciones francesas, a otro de reproches más bien puritanos. Recuerdo como El Mundo declaró a Sarko, no hace tanto, el hombre del año, lo que, francamente, me pareció atinado. Me complació porque Sarko representa un soplo de aire fresco –perdón por topicazo-, una esperanza de renovación para la adormilada Europa, que se ha empeñado en seguir mirándose el ombligo, cuando no se entretiene en llevarle la contraria a Bush –veremos que pasa después de las expectantes próximas elecciones, si la cosa se queda ahí o es más cuestión de “anti imperialismo” al uso.
Pero como no quiero desviarme de mi propósito de desvelar la conjura referida, no me voy a entretener, ahora, en relatar las interesantes y esperanzadoras propuestas políticas que en su día hizo Sarko, que fueron celebradas por la mayoría, entre los que me encontraba, destinadas, no sólo a reflotar a la deprimida Francia, sino de esperable sano efecto para el resto de Europa.
A lo que iba. Como creo que hacemos todos, voy pasando cada página indagando aquellos titulares que me llamen la atención y especialmente las columnas de aquellos autores que habitualmente no me suelen defraudar. Así, en la segunda página, me detengo en la columna de Arcadi Espada que presenta un titular curioso: Nata montada. ¿Intrascendente? Pues no. Arcadi es un fino observador que suele acertar en sus diagnósticos. El columnista describe el caso de cómo, en una determinada ocasión, la prensa había presentado tres noticias relacionadas con el terrorismo, ante lo que concluye: “de las tras noticias relacionadas con el terrorismo la única que describía un acto terrorista era la más insignificante”. Ahora queda claro lo de la “nata montada”. Dice Arcadi: “lo más importante del periodismo no son las noticias que da sino como las monta. Nata montada, el oficio”. Es la triste realidad. Con toda modestia animo, desde este humilde blog, a que Arcadi Espada siga con su campaña de abrirnos los ojos para percibir los vicios aceptados fríamente por todos del periodismo y así impulsar su deseada regeneración.
Sigo escudriñando y, en la misma página en la que estaba, me encuentro la sección de David Torres, “A diestra y siniestra”, en la que habitualmente nos ofrece cosas interesantes. Pero en esta ocasión Torres se debió encontrar, digamos, aburrido, y no se le ocurre otra cosa que caer en la trampa de apuntarse en la lista de los defraudados por el nuevo “frívolo y exhibicionista” Sarko. Torres pone las cartas boca arriba desde su titular: Sarkozy en su salsa (rosa). ¿Pero cómo es posible que un periodista de esta categoría se ponga las gafas del filtro rosa tonto y no capte el meollo del personaje? Estimado David, se trata del presidente de Francia, un político. En fin, allá él. Como mi propósito no es repetir los irónicos reprochazos tontunos –para eso he citado el medio en el que aparece y su fecha-, sigo con mi propósito de desentrañar la conjura.
En la página 4, donde suelen situar la Tribuna Libre de los invitados distinguidos del día, me encuentro el siguiente titular en francés: “Je t’aime”, firmado por Javier Gómez de Liaño, que como casi todos sabemos es magistrado excedente. Hay un segundo titular que me da la pista sobre por donde va ir la cosa: “Nicolás Sarkozy ha sabido romper las esclavitudes de los demás para conquistar su propia libertad amorosa”. ¡Ostras! ¿Pero qué está pasando hoy en este periódico? Otra vez Sarko, pero no para ilustrarnos sobre las virtudes o los errores del político, sino más sobre los amoríos con la preciosa modelo. Caramba, nadie niega que merece un homenaje y que está de envidia.
Cada vez resulta más intrigante la presunta conjura informativa sobre el frívolo Sarko. Ciertamente, estamos ante un ilustrativo caso de Nata montada de Arcadi. Increíble. Menos mal que Liaño entretiene con estilo exquisito sobre las virtudes del sexo, el amor, el amor, el sexo. Y así, entre las incontestables virtudes del sexo/amor, descubro una referencia interesante relacionada con una carta que García Márquez le envió a sus amigos: “A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, ¡sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!”. No está mal. Al menos es consolador ver como Liaño le alaba el gusto a Sarko. Aunque no entiendo la insinuación de viejo. Si mal no recuerdo Sarko tiene sólo 54 años. ¡Cuando pienso en mi edad me desmorono!
Como la sección de Tribuna Libre suele ocupar dos páginas, resulta inevitable que me tope con la columna de David Gestau titulada Las visitadoras. Ya no hay duda: la conjura está fraguada. No necesito leer el subtítulo para percibir que seguimos montando la nata. ¡Bendito Arcadi! Dice el subtítulo: “La paz mundial depende de que la CÍA –en absoluto se refiere a la TIA- se anime a crear cuanto antes una unidad de Visitadoras –la inspiración de Vargas Llosa- reclutadas entre los personajes fashion de la moda”. La verdad es que no me ha sorprendido el abordaje de Gestau –su sección se titula Al Abordaje-. Gestau es un cachondo simpático que dice las cosas con soltura. No hay más que oírlo en la peña vespertina de Alsina en Onda Cero, para darse cuenta que le gusta conducir suelto de manos. Unas veces da, otras no, pero cae bien. En esta ocasión, por lo que se ve, ha tocado la vena cachonda. Precisamente David Gestau –de educación francesa-, si la memoria no me engaña, fue uno de los que empezaron entusiasmado con Sarko y ha terminado ayudando a montar la nata de Arcadi. Jaja. Con perdón. Cosas del periodismo de estos tiempos.
Sigo pasando páginas, bastantes, y pienso que ya está bien, por hoy, de Sarko. Pero no, allá en la página 26, descubro con sorpresa una sección para la ocasión titulada: La nueva Francia / Las promesas para 2008. Bravo por El Mundo y su corresponsal en París, Rubén Amón. El titular, con letras grandes –perdón por dejar ver mi ignorancia de la jerga periodística-: “Sarko retoma las riendas”. Ahí queda eso. Lo de “retoma” está muy bien. Las manos de Sarko han pasado de mimar la cintura de su amada Carla –con todo respeto para la futura primera dama de Francia- a tomar las riendas de la eterna Francia.
Pero volviendo al observado fenómeno Sarko, que me ha llevado a la redacción de este texto, destinado a instalarlo en mi blog, el lance me ha llegado desde un soporte de papel: El Mundo del miércoles 9 de enero de 2008. Al finalizar el repaso habitual de este medio, me ha quedado la impresión de que los columnistas y demás invitados de turno, se habían conjurado para inquirir sobre la vida sentimental de Sarko. Mejor dicho, el fenómeno de la pareja Sarko/Bruni.
Si lo pienso con detenimiento observo que hemos pasado, bruscamente, de un periodo de sorpresa y admiración del triunfador de las pasadas elecciones francesas, a otro de reproches más bien puritanos. Recuerdo como El Mundo declaró a Sarko, no hace tanto, el hombre del año, lo que, francamente, me pareció atinado. Me complació porque Sarko representa un soplo de aire fresco –perdón por topicazo-, una esperanza de renovación para la adormilada Europa, que se ha empeñado en seguir mirándose el ombligo, cuando no se entretiene en llevarle la contraria a Bush –veremos que pasa después de las expectantes próximas elecciones, si la cosa se queda ahí o es más cuestión de “anti imperialismo” al uso.
Pero como no quiero desviarme de mi propósito de desvelar la conjura referida, no me voy a entretener, ahora, en relatar las interesantes y esperanzadoras propuestas políticas que en su día hizo Sarko, que fueron celebradas por la mayoría, entre los que me encontraba, destinadas, no sólo a reflotar a la deprimida Francia, sino de esperable sano efecto para el resto de Europa.
A lo que iba. Como creo que hacemos todos, voy pasando cada página indagando aquellos titulares que me llamen la atención y especialmente las columnas de aquellos autores que habitualmente no me suelen defraudar. Así, en la segunda página, me detengo en la columna de Arcadi Espada que presenta un titular curioso: Nata montada. ¿Intrascendente? Pues no. Arcadi es un fino observador que suele acertar en sus diagnósticos. El columnista describe el caso de cómo, en una determinada ocasión, la prensa había presentado tres noticias relacionadas con el terrorismo, ante lo que concluye: “de las tras noticias relacionadas con el terrorismo la única que describía un acto terrorista era la más insignificante”. Ahora queda claro lo de la “nata montada”. Dice Arcadi: “lo más importante del periodismo no son las noticias que da sino como las monta. Nata montada, el oficio”. Es la triste realidad. Con toda modestia animo, desde este humilde blog, a que Arcadi Espada siga con su campaña de abrirnos los ojos para percibir los vicios aceptados fríamente por todos del periodismo y así impulsar su deseada regeneración.
Sigo escudriñando y, en la misma página en la que estaba, me encuentro la sección de David Torres, “A diestra y siniestra”, en la que habitualmente nos ofrece cosas interesantes. Pero en esta ocasión Torres se debió encontrar, digamos, aburrido, y no se le ocurre otra cosa que caer en la trampa de apuntarse en la lista de los defraudados por el nuevo “frívolo y exhibicionista” Sarko. Torres pone las cartas boca arriba desde su titular: Sarkozy en su salsa (rosa). ¿Pero cómo es posible que un periodista de esta categoría se ponga las gafas del filtro rosa tonto y no capte el meollo del personaje? Estimado David, se trata del presidente de Francia, un político. En fin, allá él. Como mi propósito no es repetir los irónicos reprochazos tontunos –para eso he citado el medio en el que aparece y su fecha-, sigo con mi propósito de desentrañar la conjura.
En la página 4, donde suelen situar la Tribuna Libre de los invitados distinguidos del día, me encuentro el siguiente titular en francés: “Je t’aime”, firmado por Javier Gómez de Liaño, que como casi todos sabemos es magistrado excedente. Hay un segundo titular que me da la pista sobre por donde va ir la cosa: “Nicolás Sarkozy ha sabido romper las esclavitudes de los demás para conquistar su propia libertad amorosa”. ¡Ostras! ¿Pero qué está pasando hoy en este periódico? Otra vez Sarko, pero no para ilustrarnos sobre las virtudes o los errores del político, sino más sobre los amoríos con la preciosa modelo. Caramba, nadie niega que merece un homenaje y que está de envidia.
Cada vez resulta más intrigante la presunta conjura informativa sobre el frívolo Sarko. Ciertamente, estamos ante un ilustrativo caso de Nata montada de Arcadi. Increíble. Menos mal que Liaño entretiene con estilo exquisito sobre las virtudes del sexo, el amor, el amor, el sexo. Y así, entre las incontestables virtudes del sexo/amor, descubro una referencia interesante relacionada con una carta que García Márquez le envió a sus amigos: “A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, ¡sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!”. No está mal. Al menos es consolador ver como Liaño le alaba el gusto a Sarko. Aunque no entiendo la insinuación de viejo. Si mal no recuerdo Sarko tiene sólo 54 años. ¡Cuando pienso en mi edad me desmorono!
Como la sección de Tribuna Libre suele ocupar dos páginas, resulta inevitable que me tope con la columna de David Gestau titulada Las visitadoras. Ya no hay duda: la conjura está fraguada. No necesito leer el subtítulo para percibir que seguimos montando la nata. ¡Bendito Arcadi! Dice el subtítulo: “La paz mundial depende de que la CÍA –en absoluto se refiere a la TIA- se anime a crear cuanto antes una unidad de Visitadoras –la inspiración de Vargas Llosa- reclutadas entre los personajes fashion de la moda”. La verdad es que no me ha sorprendido el abordaje de Gestau –su sección se titula Al Abordaje-. Gestau es un cachondo simpático que dice las cosas con soltura. No hay más que oírlo en la peña vespertina de Alsina en Onda Cero, para darse cuenta que le gusta conducir suelto de manos. Unas veces da, otras no, pero cae bien. En esta ocasión, por lo que se ve, ha tocado la vena cachonda. Precisamente David Gestau –de educación francesa-, si la memoria no me engaña, fue uno de los que empezaron entusiasmado con Sarko y ha terminado ayudando a montar la nata de Arcadi. Jaja. Con perdón. Cosas del periodismo de estos tiempos.
Sigo pasando páginas, bastantes, y pienso que ya está bien, por hoy, de Sarko. Pero no, allá en la página 26, descubro con sorpresa una sección para la ocasión titulada: La nueva Francia / Las promesas para 2008. Bravo por El Mundo y su corresponsal en París, Rubén Amón. El titular, con letras grandes –perdón por dejar ver mi ignorancia de la jerga periodística-: “Sarko retoma las riendas”. Ahí queda eso. Lo de “retoma” está muy bien. Las manos de Sarko han pasado de mimar la cintura de su amada Carla –con todo respeto para la futura primera dama de Francia- a tomar las riendas de la eterna Francia.
En mi opinión, el corresponsal Amón ha hecho un excelente trabajo. En el subtítulo se puede leer: “El presidente francés finiquita las 35 horas, evade las cuestiones sobre el poder adquisitivo y anuncia una revolución de la televisión”. Debajo aparece una expresiva fotografía de Sarko enfrentándose a las enjundiosas preguntas politico-económicas de los periodistas. También hubo algunas sobre el tema rosa, las menos, pues los/las interpelantes corrían el riesgo de que el presidente los/las dejará plantadas como pasó en USA con la entrevistadora de la CBS. Más abajo, un utilísimo recuadro con un resumen de los “puntos clave de su política exterior”: diplomacia de reconciliación, la defensa de la lengua, derecho a la energía en los países árabes, ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU –ojo, incluir a Alemania, Japón, Brasil, la India y, ahí va, Sudáfrica-. Ojalá lo consiga, sería el camino para que la ONU deje de ser una inutilidad.
No quiero dejar de citar también la políticas de Sarko para el interior, orientadas a crear una nueva Francia -quién las cogiera por aquí-: solucionar la crisis del hogar de bolsillos vacíos, la televisión pública sin publicidad, utilizar a los Nobel Stiglitz y Amartya Sen para establecer nuevos parámetros de medición del progreso –no para propaganda de imagen-, fuera las 35 horas –hay que trabajar más-, fuera el sanedrín del G8 –si acaso ampliarlo con la India, China, Rusia y Brasil, México y Sudáfrica. Y para colmo, un concepto interesante, nada fantasmal, de civilización. Dice Sarko: “hay que cambiar las formas de trabajar, de producir, de aprender y hasta de vivir. Porque ése es el proyecto de la civilización”. Estas son las vitaminas que la UE necesita urgentemente para fortalecer nuestra valiosa y universal civilización. Sí, en nuestro mundo total, globalizado con ayuda de las tecnologías -Internet, miles satélites, los teléfonos móviles, la TV digital, etc., sólo hay una civilización. Lo otro son culturas de nuestro tiempo, otras de la edad media pero mortalmente amenazadas por las anteriores tecnologías citadas, pero tambien hay culturaletas y ciertas OSG -o asea, organizaciones si gubernamentales. ¿Hay quien dé más?
Y me pregunto con asombro: ¿como es posible que ciertos analistas políticos profesionales, sean periodistas o escritores reconvertidos no quieran ver la entidad del mensaje de Sarko y estén a la caza de las minucias rosas? Resulta sorprendente que quienes presumen de liberados y liberales se conviertan en estrechos puritanos de moral de bragueta. Clinton siempre me pareció un presidente intrascendente, un convidado de piedra, inmóvil ante los problemas que le tocó lidiar y que se los dejó en herencia al odiado Bush –amigo de Aznar, jaja- . Y no lo digo por lo de la mamada. Enjuicio al político.
Algunas posturas son un caso clínico. Voy a referirme a uno –naturalmente no voy a dar nombres, es lo de menos- bastante representativo del fenómeno encanto/desencanto hispano de Sarko. Una tertuliana, joven, guapa, no periodista, o sea, escritora reconvertida, representativa de la nueva hola invasora en el mundo total del periodismo, que siempre ha exhibido la imagen de mujer liberada, moderna, de nuestro tiempo, etc., etc. Pues bien, en la tertulia de turno, en la que salió el caso Sarko –que junto con el de los obispos, eran los temas estrella de ese día-, manifestó, más o menos, que no soportaba el exhibicionismo de Sarko con la modelo; que su comportamiento era impropio de un presidente; que le resultaba frívolo e indigno. Cuando uno de los de la peña le recordó a la escritora tertuliana los cínicos casos ocultos de Mitterand el polígamo, que ocultó a su hija hasta después de muerto, o de Chirac, etc., se revolvió con rabia y manifestó que prefería ese modelo cínico de los presidentes citados, al de Sarko. Punto. O sea, juicio sumarísimo de condena por el pecado imperdonable de la bella Carla. O sea, mantenella e non enmendalla. Es lo que hay.
Que cosas pasan. Da que pensar, y me pregunto: ¿acaso han hecho mal Sarko y su amada Bruni en anunciar, a pecho descubierto, que se han comprometido a no mentir? Me imagino la cara de asombro que habrán puesto la mayoría de los políticos de profesión del mundo total al oír semejante provocación.
No quiero dejar de citar también la políticas de Sarko para el interior, orientadas a crear una nueva Francia -quién las cogiera por aquí-: solucionar la crisis del hogar de bolsillos vacíos, la televisión pública sin publicidad, utilizar a los Nobel Stiglitz y Amartya Sen para establecer nuevos parámetros de medición del progreso –no para propaganda de imagen-, fuera las 35 horas –hay que trabajar más-, fuera el sanedrín del G8 –si acaso ampliarlo con la India, China, Rusia y Brasil, México y Sudáfrica. Y para colmo, un concepto interesante, nada fantasmal, de civilización. Dice Sarko: “hay que cambiar las formas de trabajar, de producir, de aprender y hasta de vivir. Porque ése es el proyecto de la civilización”. Estas son las vitaminas que la UE necesita urgentemente para fortalecer nuestra valiosa y universal civilización. Sí, en nuestro mundo total, globalizado con ayuda de las tecnologías -Internet, miles satélites, los teléfonos móviles, la TV digital, etc., sólo hay una civilización. Lo otro son culturas de nuestro tiempo, otras de la edad media pero mortalmente amenazadas por las anteriores tecnologías citadas, pero tambien hay culturaletas y ciertas OSG -o asea, organizaciones si gubernamentales. ¿Hay quien dé más?
Y me pregunto con asombro: ¿como es posible que ciertos analistas políticos profesionales, sean periodistas o escritores reconvertidos no quieran ver la entidad del mensaje de Sarko y estén a la caza de las minucias rosas? Resulta sorprendente que quienes presumen de liberados y liberales se conviertan en estrechos puritanos de moral de bragueta. Clinton siempre me pareció un presidente intrascendente, un convidado de piedra, inmóvil ante los problemas que le tocó lidiar y que se los dejó en herencia al odiado Bush –amigo de Aznar, jaja- . Y no lo digo por lo de la mamada. Enjuicio al político.
Algunas posturas son un caso clínico. Voy a referirme a uno –naturalmente no voy a dar nombres, es lo de menos- bastante representativo del fenómeno encanto/desencanto hispano de Sarko. Una tertuliana, joven, guapa, no periodista, o sea, escritora reconvertida, representativa de la nueva hola invasora en el mundo total del periodismo, que siempre ha exhibido la imagen de mujer liberada, moderna, de nuestro tiempo, etc., etc. Pues bien, en la tertulia de turno, en la que salió el caso Sarko –que junto con el de los obispos, eran los temas estrella de ese día-, manifestó, más o menos, que no soportaba el exhibicionismo de Sarko con la modelo; que su comportamiento era impropio de un presidente; que le resultaba frívolo e indigno. Cuando uno de los de la peña le recordó a la escritora tertuliana los cínicos casos ocultos de Mitterand el polígamo, que ocultó a su hija hasta después de muerto, o de Chirac, etc., se revolvió con rabia y manifestó que prefería ese modelo cínico de los presidentes citados, al de Sarko. Punto. O sea, juicio sumarísimo de condena por el pecado imperdonable de la bella Carla. O sea, mantenella e non enmendalla. Es lo que hay.
Que cosas pasan. Da que pensar, y me pregunto: ¿acaso han hecho mal Sarko y su amada Bruni en anunciar, a pecho descubierto, que se han comprometido a no mentir? Me imagino la cara de asombro que habrán puesto la mayoría de los políticos de profesión del mundo total al oír semejante provocación.