martes, 10 de noviembre de 2009

Puntadas Ch (con hilo). Un nuevo partido político islámico. ¿Para integrarse o separarse?

De cara a la próximas elecciones del 2011 en España, se pueden observar movimientos de posicionamiento -dejemos de momento si son tácticos o estratégicos- orientados a obtener ventajas competitivas en el combate por el poder, que es lo que significan unas elecciones en un sistema predominantemente partitocrático. Ya sé que esto de la partitocracia o partidocracia es, además, un neologismo, que tampoco suele estar bien visto por los puristas del lenguaje.

Mi intención al utilizarlo es la de resaltar el indeseable desarrollo burocrático que vienen teniendo los partidos políticos. Hablo del aparato de los partidos, esa especie de politburó –“el gueto de los dioses”-. El filósofo de la política Gustavo Bueno dice que “la partitocracia constituye una deformación sistemática de la democracia. Cada partido tiene sistemáticamente que atacar al otro”. O sea, es lo contrario del pensamiento liberal ya que, de hecho, son esas oligarquías partidistas la que asumen la soberanía efectiva. Lo curioso es que cuando dentro de un partido hay gresca, lucha por el poder, se imponen leyes de silencio, otros le llaman olla de grillos, el líder supremo no se corta y lanza la amenazante advertencia de que es él quién decide los que irán en las listas. O aquella otra, tan famosa de, “quien se mueva no sale en la foto”. O sea que, está claro.

A lo que iba. Hace unos días ABC publicó un artículo por el que informaba a sus lectores que a principio de este año, segundo de la primera crisis del siglo XXI, se había fundado un nuevo partido en Granada –donde todo es posible- llamado PRUNE, o sea, Partido Renacimiento y Unión de España. Los nombres de los partidos casi siempre guardan mensajes encriptados, de forma cínica. Por ejemplo, pensemos en la extinta RDA, o sea República Democrática Alemana, de la que tanto se está hablando estos días en los que se conmemora el vigésimo aniversario del derribo del “dique de contención” ( Prof. Florentino Portero dixit), vulgarmente conocido como “caída del muro”, de tan enigmática caída. Hasta los alemanes lo han adoptado, “mauerfall”. Después de pensarlo, ¿verdad que provoca una sonrisa lo de Democrática? Pero claro, ¿quién se atreve a no auto colgarse la medalla de la democracia? ¡Pero si hay quien dice que la ONU es la sede de las democracias! Es verdad, allí las decisiones las toman a mano alzada, guardando literalmente las formas. Incluso en el Consejo de Seguridad, de los que 5 de sus 15 componentes son permanentes y tienen derecho de veto –estigmas de la vieja pernada-. Hay que reconocer que, casi en todos sitios, el ceremonial democrático ante las cámaras es perfecto.

Perdón, vuelvo al PRUNE de Granada. Este partido está promovido por un tal Mustafá Bakkach, del que los medios dicen que es un “hombre próximo a Rabat”. Su objetivo es alcanzar la cifra de 1.300.000 afiliados musulmanes. Según declaran, nace con la intención de representar a todos los musulmanes de España, antigua Al Ándalus. Además es el primero con esa vocación. Sin embargo, con mucha vista, dejan una puerta entre abierta aquellos inmigrantes que “puedan sentirse desamparados del Ejecutivo de Zapatero”, aunque no sean musulmanes. Su argumento para tal apertura es muy campanuda: “Aunque los políticos españoles digan que quieren apoyar a esa gente, ¿cómo pueden hacerlo bien si ellos nunca han emigrado y sus hijos tampoco?”

En un arrobamiento de elocuencia, no ocultan que “la base de sus principios” están inspirados en el Islam. Ante tal manifestación y previendo que algunos candidatos a enrolarse conocieran las bases de tal inspiración, aseguran que no contradice el cumplimiento de la Constitución, así como que rechazan el terrorismo como medio de hacer política. Dicho está.

Al parecer el nuevo partido islámico, que aspira a tener una amplia representación en 2011, ha iniciado su andadura con buen pie. Además de Granada, ya tienen sede abierta en Asturias, a las que se sumarán pronto, si no lo están ya, las del resto de Andalucía, Madrid, Cataluña, Extremadura, Valencia y Murcia. Dicen que algunos miembros del Gobierno no esconden su preocupación de que puedan predicar la no integración en partidos infieles. La verdad es que todo son circunspecciones, reservas, posiblemente injustas. Naturalmente ellos aseguran, a quienes las manifiestan, que no será así. De momento cabe hacerse una pregunta de cajón: qué pasará en aquellos municipios donde se sabe que serán mayoría, ¿impondrán las bases de sus principios islámicos en los consistorios y a la ciudadanía gobernada, no creyente?

Debo decir que ha sido la lectura, hoy, de un artículo en el Washington Post, del acreditado columnista Eugene Robinson titulado Failing the troops at Fort Hood. Hay que decir que Robinson es un afroamericano, pero no dice cuál es su religión, ni falta que hace. Su artículo gira en torno a la disputa que se ha formado en USA por el caso del siquiatra musulmán, mayor de las fuerzas armadas americanas, Nidal Hasan. Como seguramente muchos de vosotros recordareis, el pasado día 7 del presente, se produjo un tiroteo en la base del ejército americano de Fort Hood, en Tejas, donde el mayor Hasan, como se ha dicho en funciones de siquiatra, mato a 13 de sus compañeros resultando el mismo herido muy grave de cuatro balas.

Las preguntas que se hacen en la América de Obama es, ¿por qué el militar musulmán agredió de la forma que lo hizo a sus compañeros de armas? Naturalmente lo primero que salta a la vista es su religión musulmana. Y rastreando los del WPost han descubierto que Hasan tenía relación con un imán nacido en América, que predicaba en la mezquita de Virginia (este), y al parecer ferviente simpatizante de Al Quaeda. Para empezar, con estos datos el conflicto está abierto, lo que ha echado a rodar todo tipo de opiniones de muchos insensatos, sin haber reflexionado en profundidad sobre el caso. Sobre todo teniendo en cuenta que son miles los soldados americanos que profesan la religión musulmana.

No voy a repetir, ni siquiera glosar, la interesante reflexión que sobre el caso hace el citado afroamericano Eugene Robinson, buena ilustración de lo que sensatamente se debe hacer cuando se produzcan casos similares. Para facilitarles las cosas a los interesados, basta con hacer clic sobre el título resaltado del artículo, citado más arriba, para que se abra en pantalla el artículo en cuestión.